lunes, 25 de enero de 2010

¡25 AÑOS JUNTO A LA MUJER MAS MARAVILLOSA!

QUERIDOS COMPAÑEROS DE RUTA:

QUERÍA HACERLOS PARTÍCIPES DE ESTE ANIVERSARIO QUE ESTAMOS POR CUMPLIR CON MI ESPOSA: ¡25 AÑOS DEL SÍ DEFINITIVO!

HA SIDO UN CAMINO INTENSO, DONDE LA VIDA NOS HA DEPARADO DE TODO UN POQUITO, DESDE LOS MEJORES Y MÁGICOS MOMENTOS, HASTA EL DOLOR MÁS PROFUNDO.

PERO TAMBIÉN UN CAMINO DONDE NOS HEMOS AMADO BIEN, DONDE CADA UNO PUSO LO SUYO PARA CONSTRUIR ESE CAPULLITO QUE ES NUESTRO HOGAR.

ACASO NO ES EL QUE EXACTAMENTE SOÑAMOS, PERO ES EL NUESTRO, EL QUE CON ESFUERZO, CARIÑO Y RESPETO LOGRAMOS CONSEGUIR.

ESTE CAMINO HA SIDO BENDECIDO POR NUESTRO QUERIDO "ADONAY", Y CUANDO LAS AGUAS BAJABAN CAUDALOSAS JAMAS FALTÓ EL REGAZO DISPUESTO DE LA HERMOSA NIÑA MADRE DE BELÉN.

DIOS NOS REGALÓ DOS HERMOSOS RETOÑOS: SOLE Y ABI, Y HACE POQUITO TIEMPO NOS VOLVIÓ A OBSEQUIAR UN CARAMELITO DE TERNURA: BRISA. ¿SE PUEDE PEDIR ALGO MÁS?

A PUNTO DE CUMPLIR LOS 25 DE CASADOS, DONDE YA NO SOMOS DOS SINO UN SÓLO CORAZÓN Y ESPIRITU, DECLARO QUE SOY FELIZ Y QUE LA MUJER QUE ME ACOMPAÑA ES LA MÁS DULCE, LLENA DE AMOR Y TERNURA QUE UNO PUDIERA SOÑAR.

YO NO LA MEREZCO, ESO ES EVIDENTE, PERO DIOS TIENE ESTAS COSAS, ACASO PORQUE SABE QUE SIN ELLA NO SERÍA YO, Y QUE CON ELLA TODO LO PUEDO EN AQUEL QUE NOS CONFORTA.

GRACIAS POR COMPARTIR ESTA ALEGRÍA CON NOSOTROS.

QUE TENGAN PAZ

miércoles, 6 de enero de 2010

LA PREPOTENCIA EPISTÉMICA - ACADÉMICA

Estaba pensando en "El Mudo" y cuánto tiene para decirnos, todo ello a cuenta de un librito que estoy leyendo por estos días.
Tal relato desanda el camino recorrido por una ciencia social desde su génesis hasta la actualidad y las distintas visiones "epistémicas" atravesadas en tal peregrinación.
Nuevamente me sorprende esta idea concordante con la revolución científica de Khun de cómo un paradigma fija su impronta en tanto y cuanto dure su vigencia. Tan pronto como una perspectiva novel y suficientemente "racional" hace su aparición, el modelo viejo es rápidamente abandonado. Tal proceso, claro, no ocurre sin resistencias, pero el final de proceso parece siempre análogo: epitafio para el viejo, loas para el recién llegado. El derrotero circular no se detiene.
Como decía, el Mudo vino vaya a saber por qué artilugios de las pulsiones mentales, abriéndose paso entre las enredadas redes neuronales prestas a la eterna represión, para encender una luz indescriptible, no se si roja, no podría precisar si amarilla, pero allí estaba.
Y por unos instantes una fugaz pregunta dejó de volar para fijarse inoportunamente en mis certezas (pocas, casi ninguna). ¿Por qué? ¿Por qué lo nuevo debe destruir lo viejo? ¿Es que tanta verdad ayer defendida hoy carece de tal caracter? Y si ésto es así: ¿Quién dice que lo nuevo no tendrá igual fin? Al final: ¿Es correcto de que toda verdad es relativa?
Y las neuronas comienzan a quejarse... ¡Son tantas cuestiones! Todas me parecieron importantes, pero quizas con aquellas categorías que según Kant existen a priori, extraje una conceptualización al menos interesante: La búsqueda de la verdad no se asienta en postulados dogmáticos o circunstanciales, requiere una apertura mental y espiritual superior para admitir que los retazos de esa verdad se esparcen por todo el devenir de la historia humana.
Deduje de allí que el problema no es la visión conductista, o bien la sistémica, tampoco el estructuralismo, ni siquiera la vacuidad de la filosofía instrumental, el verdadero inconveniente está en querer encasillar la complejidad en líneas racionales lineales, cerradas y concluyentes.
Y más allá de tantos planteos, todavía no he encontrado ninguno que me convenza cien por ciento.
Por ello, sigo sosteniendo que existe una verdad, que esa verdad es tan compleja e inmensa que no puede ser condicionada ni asimilada por método alguno y que en última instancia, quizás la verdad consista en esto: la eterna búsqueda por hallarla.
Mientas tanto, intento vencer la prepotencia de mi epistemología implícita, de esta deformación profesional académica de creer que "ya se", cuando en realidad, aún ni yo mismo podría asegurar saberme.

Un abrazo rebuscado, pero fraterno.