jueves, 5 de marzo de 2009

A CUALQUIER COSTO... DE CUALQUIER MANERA

Seguro el gran Sócrates se revuelve en su tumba... o los gritos desgarradores del alma de Tupac denunciarían esta generación cómplice y perversa.
Seguro me siento avasallado, triste, envejecido... pero jamás derrotado. Él y yo, mayoría absoluta.
Las clases, de cualquier forma, la educación, de cualquier manera, el silencio de la sabiduría que huye por resquicios de dignidad ausente en una lucha sin convicciones, o mejor dicho, minada por las conveniencias.
¡Cuánto hemos bebido de posmodernidad! En el altar del invidividualismo se pregona la lujuriosa palabra del no ser, de la esperanza traicionada, de tanta sangre inutilmente derramada. Dolor...
Este mundo... no puedo terminar de encontrar mi lugar en él. ¿Acaso es mi error? No lo se, pero somos pocos, cada vez menos los que alzamos las banderas, no por posesión de verdad, sino por amor, y para mal esos pocos estamos dispersos.
Sí, querido Sócrates, luego de miles de años poco hemos aprendido, y tus gritos Tupác se pierden en las hondonadas, sin ecos, sin devoluciones, sin vida.
¿Pesimismo? No, dolor.
Si todo es a cualquier costo y de cualquier manera, poco queda ya por hacer. Rezar, callar y esperar.

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