jueves, 5 de junio de 2008

Las interferencias

Varias son las fuentes que por estos días han conmovido los cimientos de mi conciencia. Lecciones que yo creía aprendidas por el conjunto social, autoritarismos modelados con las más diversas arcillas, violencias, desencuentros, amnesia histórica, chouvinismo hipócrita, el odio, etc.
He intentado comunicarme, gritar de miles y una manera que "no estoy en contra de", expresar que debemos emanciparnos de la tiranía mediática, abstraernos de los microclimas. He tratado de decir con dulzura en ocasiones, con vehemencia en otras, con parábolas, ironías, moralejas, reflexiones, silencios ... pero ¡Qué terrible no poder diá-logar!
He visto miradas de colegas cargadas de rencor, frases despectivas y despreciativas, todos opinando, todos estableciendo mojones, y la mayoría en una ignorancia blasfema.
Esto que nos ocurre es inmoral, incomprensible, injusto, infernal. Y duele.
En este carrusel todos expresan "sus verdades", es decir, medias verdades, sólo el enunciado favorable. Y como ya lo decía un gran filósofo hace más de 2500 años: "medias verdades pueden constituir fabulosas mentiras". No mentimos a otros, es una mentira autoinfligida.
Mientras tanto, los de siempre, aquellos que disponen de un sutil desprecio por la vida y la dignidad de las personas, esos que mueven éste sistema de exclusión y destrucción planetaria, gozan del espectáculo por tv. Temo que seamos los monos en el circo. ¿Es tan difícil de ver?
Todos disfrazados detras de una bandera, todos demostrando qué lejos estamos de ser sapiens sapiens, y cuán cercanos estamos en esta construcción consumistas del homo brutus, o bien del homo irracionalis.
Mientras tanto, Marcos, el pequeñito Marcos, hoy murió por desnutrición. Y no se si por esto tendremos perdón.
Tengo la impresión que equivocamos la discusión, de pronto me siento prisionero de esta terrible sensasión de ver que nos dirigimos a toda prisa hacia el precipicio, pero no atinamos a doblar, o al menos intentar frenar.
Se trata de la vida amigos, y disculpenme si ésto es lúgubre o parece un catalizador, pero una gran tristeza se ha apoderado de mi. Una vez más la soberbia, la altanería y el orgullo están ganando la pulseada, y ya las víctimas comienzan a sufrir ... más, mucho más.

2 comentarios:

Silvina Carraud dijo...

Sergio, no hay mucho más que aportar a tu conmovedora reflexión, sólo decirte que también me duele. Pero si vos, que siempre estás alentándonos esperanzadoramente, te dejas apoderar por la tristeza, qué nos dejás a nosotros? Un beso grande.

Gerardo dijo...

La realidad golpea. Nos golpeamos con la realidad.
El viernes temprano en la mañana, tomé asistencia (soy preceptor) y en unos de los cursos, faltó una voz por primera vez.
Volví a mi mesa de trabajo, y cuando estaba sumergiendome en eso de confeccionar libretas, entra una mujer con tres chiquitos, acompañada por la directora y el chico que no había dicho presente. En su cara estaba reflejado el miedo, la desazon,la impotencia: lo habían asaltado a unas cuadras de la escuela, sacándole la campera, la carpeta, calculadora fotocopias (adquiridas con muchísimo esfuerzo). La madre explicó que iría a asentar la denuncia, que el padre estaba sin trabajo, que...¿hace falta seguir?
Me quedé pensándo en qué pensaría ese chico, una historia que se repite en este país indolente, esponja (se chupa todo lo que pasó y pasa). Me costó retomar el trabajo, esta "interferencia" me trajo bruscamente a la realidad de nuestro país, en mi cabeza empezaron a girar todas estas cosas que vos describís. Por un rato largo me ganó la tristeza.
Sergio, te comprendo. A veces nos quedamos infinitamente tristes y paralizados, es dificil. La historia del chico no sé cómo se resolvió, veremos el lunes...
Siempre existe la esperanza (en cosas reales, en nuestros prójimos), la posibilidad, en fin LA VIDA.
Un gran abrazo para vos Sergio, la tristeza es parte de la vida, pero también la esperanza, la posibilidad, ser felices. Adelante está el camino, oscuro y luminoso, desafiante. Ánimo, VALENTÍA!!!, no estás solo.